22 de junio de 2017

El Castillo de los Búhos

Juzo, uno de los ninja más fuertes de Iga, debe romper su reclusión de 10 años para llevar a cabo lo que será su última misión: asesinar a Toyotomi Hideyoshi, el hombre más poderoso de Japón. Para ello, tendrá que infiltrarse, con la ayuda de sus antiguos compañeros y no sin dificultades y sacrificios, en el castillo que hace poco ternimó de construirse el shogun en Osaka. Compañeros que, por otra parte, sobrevivieron hace años a la masacre que se dio en su tierra natal a manos de Oda Nobunaga.

El Castillo de los Búhos es una trepidante historia de ninja que nos situará a finales del siglo XVI. En ella, conoceremos de una forma muy interesante, sobre todo a través de los ojos de múltiples personajes con unas personalidades muy bien definidas, la forma de vida que se daba en aquellos años.

Desde mi punto de vista, es comenzar a leer las primeras páginas y sumergirnos de lleno en esa época tan distante y tan diferente a nuestra historia. El autor no se amilana a la hora de nombrar y hacer utilizar infinidad de armas a todos sus personajes. Algo que me ha encantado porque, así, nos ayuda a entender un poco mejor el cómo solían trabajar unas figuras tan misteriosas como eran los shinobi. Su mentalidad, sus opiniones, sus destrezas. Incluso, a día de hoy, les sigue envolviendo un halo místico y enigmático.

Otra cosa que me ha llamado la atención es... No, más bien, lo que he llegado a entender con esta lectura es la gran importancia que tenían los ninja; es decir, sabía que eran espías y mercenarios, obvio, pero ahora los veo con otros ojos. Aunque no participaran de la política activa y visiblemente, con cualquier acción o decisión suya, para bien o para mal, tenían en su poder, desde las sombras, el destino de prácticamente el país entero. Es innegable pensar lo contrario. Podían acceder a cualquier lugar sin ser vistos y cometer cualquier acto y, luego, se mezclaban entre las gentes del pueblo sin ser detectados. Podían pasar desapercibidos en cualquier situación que una pueda llegar a imaginar.

Por otro lado, también tenemos a los presonajes de la obra. Acompañaremos desde el principio a Juzo y seguiremos sus pasos muy de cerca. Tanto, que el lector se convierte en un compañero más de Iga, siendo testigo de su lucha interior cuando se encuentra con otros enigmáticos personajes a los que deberá de hacer frente, antes de poder culminar su último encargo. Entre esos camaradas, nos cruzaremos con Gohei (amigo de la infancia de nuestro protagonista), que es todo lo contrario a él: egoísta, ambicioso y sin escrúpulos al momento de actuar. Para algunos, una vergüenza de shinobi, a pesar de su gran destreza.

Sin duda alguna, me es imposible no recomendar esta obra; sobre todo, a todos aquellos a los que no les importe zambullirse en una lectura llena de aventuras, intrigas, desafíos y pasión; eso sí, sin una pizca de fantasía. Estoy segura de que no os arrepentiréis. Por cierto, la tenemos licenciada gracias a la editorial Quaterni.

No hay comentarios: