La Posada de los Objetos Perdidos

Existe un lugar en el que todos podemos encontrar lo que andamos buscando y que creíamos que jamás podríamos volver a hallar. Ese misterioso y apartado lugar se hace llamar La Posada de los Objetos Perdidos.

Como cualquier establecimiento, hay una dueña y unos trabajadores que se encargarán de que los huéspedes disfruten de su estancia. Y, como algo excepcional, la posada también cuenta con un joven encargado de acompañar a los clientes hasta la misma puerta. Un gran servicio, sin duda, para que nadie se pierda hasta llegar a tan recóndito paraje...

Usemono Yado, o como lo conocemos por estos lares gracias a Milkyway Ediciones, La Posada de los Objetos Perdidos, es una breve obra de 3 tomos que encandilará desde el comienzo a todos los que estén dispuestos a visitar tan enigmático establecimiento.

La historia comienza con casos aislados que concluyen en cada capítulo pero, prestando la sufienciente atención a cada detalle del dibujo y a las palabras que pronuncian los diferentes personajes a lo largo de las páginas, el lector podrá observar que todo lo que va suceciendo guarda relación y que nada sucede por casualidad o sin motivo alguno. Es más, al llegar al tercer volumen, esto cambia radicalmente y ya no serán diferentes casos protagonizados por clientes: la historia dará un vuelco y se centrarán casi exclusivamente en varios personajes principales, de los que poco o nada sabíamos hasta ese momento.

Al comenzar a leer este manga, me recordó en ciertos aspectos a xxxHolic de las Clamp. Más que nada, por la estructura principal de la trama y por que se nos presenta la posada como un lugar alejado y un tanto extraño. Por lo demas, poco parecido tiene... Aunque comience con capítulos autoconclusivos, os recomiendo encarecidamente que lo leáis completo. Seguramente os llevaréis una sorpresa, al igual que me ocurrió a mí, con el tercer y último tomo. Para nada me esperaba ese desenlace que, para mí, quedó perfecto para el tipo de manga que hemos ido disfrutando.

En definitiva, os invito a que os dejéis acompañar por una servidora hasta este extraño lugar, del que estoy segura que no querréis salir, hasta que hayáis descubierto todos los misterios que encierra este rincón tan singular.